Carta de un Preso Político a un Juez: «Permítame volver con mi familia»

714

WhatsApp-Image-20160615

Conmovedor y desesperado pedido de Julio Rolando Escudero, Suboficial (R) de la Fuerza Aérea. Hace más de dos años que está ilegalmente privado de su libertad por «capricho del Fiscal» y le acaban de dictar un año más en prisión. No hay absolutamente ningún testigo ni ningún hecho que lo incrimine en nada. <<Toda las noches me pregunto… ¿por qué a mí?>>.


IMPORTANTE

A raíz de la enorme cantidad de familiares de Presos Políticos que se han comunicado conmigo ya sea tanto para compartirme su dolor como para solicitarme que informe respecto de la injusticia que padecen (cosa que no hace prácticamente ningún medio periodístico en Argentina), he tomado la iniciativa de destinar una parte de DAVIDREY.com.ar exclusivamente para uso de las familias en cuestión. De hecho, en adelante podrá observarse que esta misma página web consigna la sección «Presos Políticos», la cual se propone publicar ya sea tanto las cartas o escritos de los Presos Políticos como la relación que realizaran sus familiares. 

Desde ya, no me alumbra absolutamente ningún otro interés que el de brindar a los Presos Políticos y a sus familias otro canal de difusión. 

Para solicitar un espacio en DAVIDREY.com.ar deberán enviar un mensaje a info@davidrey.com.ar

Espero ser de suma utilidad. Muchas gracias por confiar en este medio.

DAVID REY


Mendoza, Abril  2016

Juzgado Federal N°1 de Mendoza Secretaria “F”

Juez Federal Dr. Walter Ricardo Bento:

Señor Juez, me dirijo respetuosamente a usted a los efectos de expresarle mi situación en torno a mi procesamiento y prisión preventiva por delitos de Lesa Humanidad. No soy un represor ni un genocida, solo soy el producto de un error; voy a cumplir dos años privado de la libertad solo porque el fiscal Dante Marcelo Vega realiza una interpretación arbitraria de mi carrera militar a través de mi legajo personal.

La arbitrariedad puesta de manifiesto en el accionar contra mi persona queda demostrada al observar que la causa en la que estoy imputado comenzó en el año 2004, y hasta la fecha han pasado más de 12 años sin que hay un solo testigo que me mencione, identifique o asocie con algunos de los hechos investigados, lo que hace para mis abogados y para mí más incomprensible mi situación.

Yo estuve destinado en la compañía COIN como Subinstructor de Tropa porque ésa era mi especialidad; muchos jóvenes soldados estuvieron conmigo a lo largo de 5 años cumpliendo con su Servicio Militar Obligatorio, pero eso no me hace un asesino o un delincuente irrecuperable. Hoy usted ve a un hombre en el ocaso de su vida pero en aquellos tiempos yo era un joven de 19 años con el grado de cabo y solo un año de antigüedad en la fuerza, sin ninguna responsabilidad en la conducción ni en el mando de la compañía ya que no tenía la experiencia ni los conocimientos para ello. Por debajo de mí solo estaba la tropa.

WhatsApp-Image-20160615 (1)

La otra gran obsesión del fiscal contra mí tiene que ver con el hecho de ser de “inteligencia”. De hecho, en el año 1980 me anote para ir a la Escuela de Inteligencia de la Fuerza Aérea para realizar durante un año el curso de “Auxiliar de Inteligencia”. En 1983, en los albores de la democracia, volví a Mendoza a donde permanecí destinado hasta pasar a situación de retiro. Los hechos investigados sucedieron entre los años 1976 y 1978, he buscado en mi mente un sentido a esta aberración, aunque por supuesto no he encontrado una respuesta lógica. ¿Qué pasa por la cabeza del fiscal? ¿Es un profesional encargado de investigar y hacer justicia, o es un hombre confundido, caprichoso, enceguecido? ¿Se ha equivocado conmigo? ¿No habrá otros más? Todas las noches me pregunto… ¿por qué a mí?

En su búsqueda por encontrar pruebas contra mí, el fiscal halló en mi legajo un  diploma de honor firmado por el General Bussi; fue suficiente para que él concluyera que estaba ante “RAMBO”. La realidad es muy distinta. La Fuerza Aérea, entonces, ordenó la custodia y seguridad del Aeropuerto “Benjamín Matienzo”, es decir, hacíamos guardia. Señor Juez, con todo respeto, le pregunto: ¿cómo puedo luchar contra la imaginación de un hombre que hace su propia interpretación de hechos que sucedieron 40 años atrás? Es la palabra de un abogado, un profesional, contra la mía, que no soy más que un hombre común. La desigualdad es muy grande, pero confío y espero que usted ponga las cosas en su lugar.

CapturaOtro desatino tiene que ver con considerarme como jefe u organizador de una asociación ilícita. A esa corta edad solo tenía estudios primarios, no existían ninguno de los avances tecnológicos que la juventud tiene a su disposición para informarse, herramientas hoy tan populares a través de los medios de comunicación y redes sociales eran desconocidas para mí. Soy un Suboficial Retirado de la Fuerza Aérea, no un bandido.

Haciendo uso de la posibilidad de dirigirme a las máximas autoridades del país envié cartas contando mi caso al Presidente de la Nación, al Ministro de Defensa y al Ministro de Justicia. Tiempo después, la Secretaria de Audiencias de Presidencia envió una carta a mi esposa derivándola a los ministerios de Defensa y Justicia respectivamente, audiencias que ya fueron solicitadas.

Hago propicia esta oportunidad para referirme a situaciones que generalmente son planteadas por la fiscalía para denegar mi excarcelación. En lo referente al peligro de fuga quiero que sepa, señor Juez, que al momento de producirse el operativo para detenerme yo no estaba en mi domicilio ya que había salido con mi esposa, por lo que mis hijas me avisaron y volví inmediatamente. Como puede comprobar, tuve todas las posibilidades para fugarme pero jamás intenté eludir la acción de la Justicia, testigo de lo dicho son los tres gendarmes que integraban la comisión.

Relacionado con la posibilidad de amedrentar a testigos, esto en mi caso es imposible, porque como he mencionado al comienzo no hay ningún testigo que me acuse sino que es el fiscal, a través de mi legajo, quien arbitrariamente me pone en esta situación. Nací en un hogar humilde; mi padre (fallecido) y mi madre, apenas terminaron la escuela primaria, pero en su inmensa pobreza nos educaron en el camino del bien, la honestidad y el trabajo, valores que he honrado a lo largo de toda mi vida.

Otro aspecto está vinculado a la probabilidad de interferir en la investigación de la causa a través de la destrucción o entorpecimiento en la recolección de pruebas. Señor Juez, ¿cómo podría llevar a cabo algo así, si de lo único que se vale la fiscalía para acusarme es mi legajo personal y el mismo está en poder del juzgado? Por lo tanto, no existe por mi parte la más mínima posibilidad de entorpecer el accionar de la Justicia.

Se van a cumplir dos años de mi detención sin ninguna prueba, todavía no hay fecha del juicio ni conformación del Tribunal; a lo largo de doce años de investigación el fiscal no consiguió una prueba contra mí. Sin embargo, lejos de reconocer su error, sigo privado ilegítimamente de la libertad.

Señor Juez, he leído mucho en estos años y algunas frases me han quedado grabadas, particularmente dos: “LA VERDAD A MEDIAS NO ES VERDAD” y “LA JUSTICIA A MEDIAS ES VENGANZA”.

Mi vida, mi libertad y fundamentalmente mi honor y honradez están en sus manos, en sus conocimientos, en su sabiduría.

Una de mis hijas me trajo una foto con mis nietos y al pie de la misma decía: “NO TE RINDAS!!! PORQUE NUNCA SE SABE SI EL PRÓXIMO INTENTO ES EL QUE FUNCIONARÁ”. Espero que Dios ilumine su decisión y me permita volver a mi casa en paz a disfrutar de mi familia y los afectos.

Atte.

Julio Rolando Escudero


Julio Rolando Escudero se encuentra ilegalmente preso (sin condena) en el Complejo Penitenciario San Felipe, en la Provincia de Mendoza. Al consultarle respecto de «la fama de inclemente» que tiene ese lugar, ha dicho a DAVIDREY.com.ar: «No tenga ninguna duda al respecto. La parte sanitaria no está preparada para atender a gerontes, en los traslados a Tribunales o al hospital nos llevan esposados y rodeados de custodios. Hemos pasado 4 días sin luz, por lo tanto sin calefacción. Se tuvo que presentar un escrito en los Tribunales Federales para que nos dieran, a regañadientes y amenazándonos, una solución. En dos años no se me ha provisto de una manta, las que tengo me las trajo mi familia y así podria contarle infinidad de cosas…».

DAVIDREY.com.ar deja constancia de que solicitó más información y material fotográfico, pero ambas cosas fueron negadas por temor a «represalias» dentro del Penal. Sabe bien este suscriptor sobre las «intempestivas requisas» que suelen sufrir los Presos Políticos en Chimbas, pero esta información en particular es tela para otro momento.